ES - TRÉS

Ok. Y entonces el miércoles no fue lo que se diría "lo mejor" en el trabajo. Mucha presión, un puesto nuevo que se está desarrollando y ese día en particular, un superior que no ayudó en-lo-absoluto.

Jueves, que lo esperaba tanto, porque lo necesitaba. Me levanté para ir a trabajar, estaba por salir, casi en la puerta y siento esa horrible sensación pre-desmayo. Me siento en un sillón. Llamo en ese momento porque en 5 minutos entraba (vivo realmente cerca). Me dicen que me tome 10 minutos para ver cómo me sentía. Lo que me tomo es la presión arterial. Tenía 6/3 (referencia: la normal es de 12/8). Llamo de nuevo y lo comunico a la misma persona, que dicho sea de paso no tenía ni la más remota idea sobre presión ni valores normales o anormales. Me dice que no me preocupe, que ya lo había solucionado. Le pedí que avisara  que no iba a poder hacer el resto de las cosas que debía hacer ese día y me acosté. Dormí de corrido hasta no sé qué hora, cuando atiné a llamar al trabajo, por las dudas. Me atendió la recepcionista de la tarde, con quien comprobé que quien estaba por la mañana no había dicho nada sobre mí y ella pensaba que yo estaba en otro centro haciendo lo que debería estar haciendo. Le conté la situación, le pedí que arreglara lo que le había pedido a la persona de la mañana. Llamé a mi terapeuta. Le dejé dos mensajes porque se cortó el contestador automático. Realmente necesitaba ir, pero no estaba en condiciones de ir ni hasta el ascensor. Le pedí que me llamara, que necesitaba una sesión antes de la próxima, que sería dentro de otros 15 días. Y seguí durmiendo. Dormí y dormí. Y dormí más. Y mi terapeuta no me llamó.

Por suerte al día siguiente no tuve que trabajar a la mañana; fue un día relajado. Y a la noche, cuando volvía de mi actividad de descargo, de mi escape de la realidad, llamó mi terapeuta, pero mi celular estaba en vibrar y no pude atender a tiempo. De todas formas, me dejó un mensaje diciendo que llamaría más tarde o al día siguiente.

No pude evitar (algunos dirán que sí) cortarme. No puedo evitar sentirme culpable, por cortarme, y por otras cosas. Es demasiado contradictorio. Es adictivo y es un retroceso demasiado grande. Y mantenerlo en secreto, no contarlo a mi mamá, como sucedió en su momento, hace unos 10 años, me pone mal también, me hace sentir ese retroceso con más fuerza. Porque confío en ella, confío casi todo en ella. Y me hace sentir que si me viera y se diera cuenta, sería un desastre importante. Está por viajar con mi papá y no quiero que se preocupen en su viaje, que se vayan pensando en si estaré bien, o nada por el estilo porque no va a pasar nada que no pudiera pasar si ellos estuvieran acá.

Éste es uno de los episodios de inestabilidad más largos desde que estoy estable. Ok, no es grave (supongo) porque no me impide seguir trabajando, por ejemplo, pero se está haciendo cuesta arriba, se está haciendo duro llevarlo y me estoy olvidando de cómo era sentirme estable y sin tener ningún tipo de preocupación irracional o sentir que mi mente está por estallar por alguna razón desconocida en algún momento que surge de la nada.

0 comentarios:

Publicar un comentario